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Por Nélida Puerto
En la inmensidad serena
Luis Gómez
La madre guarda la pena
en un izquierdo concierto
para robar al desierto
en la inmensidad serena,
porque la música plena
es la que vive en el llanto,
y se envuelve con el llanto
traicionero de un celaje.
Porque no hay último viaje
si el Ángel lleva su Canto.
Mi fruto no se detiene:
da luz a cada lucero;
y un futuro que no tiene:
Porque el Altísimo viene
a dejarme una condena,
pero en un cofre la pena
no cabía; en su extravío
dejó mi pecho vacío
en la inmensidad serena.
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Lo que vive y se convierte
en pasado que se olvida,
es la parte de la vida
que siendo vida ya es muerte.
El Indio Naborí
Como caricia de grito
converges, rompes, inhalas;
Y en un santiamén tus alas
descubren el infinito.
Me desarmas en el rito
en que me dejaste inerte.
!Cuánto paisaje sin verte!
Es el tiempo quien te hace,
como todo lo que nace,
lo que vive y se convierte.
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Por Reynaldo de la C. Fernández
Parte 1 (fragmento)
Para Atanasia Villalobos hacer el bien era su religión. Las carcajadas le brotaban de las entrañas y todo el ambiente se contagiaba de frescura. A veces su lenguaje prosaico, soltado sin pensar a boca de jarro, retraía a los más recatados. Sin embargo, todos sabían que no había mala intención. Así era ella: ordinaria pero servicial; campechana como guajira silvestre, pero solicita ante los problemas del otro. Muchos niños del Valle de Siguanea habían llegado al mundo a merced de sus manos huesudas y callosas. Nadie le había enseñado cómo hacer un parto. Eso le vino por gracia divina y la perspicacia natural que tantos caminos le abrió. Se comentaba que la famosa “Cueva de la Vieja”, en Río Negro, había sido bautizada con ese nombre en honor a ella, afirmación desmentida por su hijo Cristóbal. Pesares y alegrías compartió con la gente de allí, y su nombre es el más recordado entre todos los que vivieron en aquellos parajes.
Atanasia nace en Rancho Capitán, batey infortunado a mitad de camino entre Cumanayagua y Crucecita, cuando el desvío por la Cueva del Gallo subía hasta El Mamey. Un lugar apartado de la cordillera del Guamuhaya donde su padre Cheo Villalobos había arrendado uno de los tantos cafetales obrados por los colonos de la zona, con intenciones de hacer fortuna.
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Por Félix Corona
1
El grito persiste al amanecer
de página en reverso
y gotea sepia techumbre,
tiene días de sol
como los tiene de lluvia.
2
Canta la tarde frente al horno
con manierismo de obturador,
captura ese gesto
de la arcilla que se niega al soplo,
génesis malforme
que ni se levanta
ni anda.
Es el rito quién define
y no alaridos
de cerámica enjaulada
tras lo ahora inmutable.
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Por Félix Corona
1
El grito persiste al amanecer
de página en reverso
y gotea sepia techumbre,
tiene días de sol
como los tiene de lluvia.
2
Canta la tarde frente al horno
con manierismo de obturador,
captura ese gesto
de la arcilla que se niega al soplo,
génesis malforme
que ni se levanta
ni anda.
Es el rito quién define
y no alaridos
de cerámica enjaulada
tras lo ahora inmutable.
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Por Magaly Ojeda
Palabra y vida…
Crear las cosas es nombrar las, dotar a los objetos, sentimientos y emociones de una vida independiente. Es un acto individual y general que me sirve a mí como individuo y a los demás como sociedad. En Génesis I. 3 se dice: “Entonces Dios dijo: !Que haya luz! Y hubo luz”. Se dotó de forma y de contenido una realidad. Crear no solo es nombrar, dar sustantivo, también es acción; verbo y sustantivo van unidos en el acto de creación. Los creadores son artistas, los artistas son creadores porque establecen cosas, producen algo nuevo a partir de la realidad que viven. De esta forma palabra y vida van de la mano. La literatura, al igual que las ciencias, trata de dar respuestas a las preguntas más importantes del ser humano: ¿Quiénes somos? ¿Cómo fue el mundo de los primeros hombres? Entre otras interrogantes que nos hacemos: ¿Cómo llegamos a ser lo que somos? ¿Cómo se formó nuestra sociedad? J. H. Rosny en su novela La conquista del fuego (1909) nos recrea ese mundo primitivo. Se trata de una historia innovadora que inaugura el género de “novela prehistórica”. Junto con Julio Verne, Rosny probablemente sea el escritor francés de ciencia-ficción más importante hasta la fecha.
Te invito pues, a leer La conquista del fuego.
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Por Nélida Puerto
Entre el menguado espacio de mi vida
te quedaste, sin ser de mi metal.
Bordé llagas con hilos de cristal
que perfuman mi cama en su caída.
Las cortinas del aire en su fluida
corriente, van poniendo a mi sendero
el rocío por la miel de tu lucero
sobre el cansado cuerpo que no existe.
Por eso en las mañanas me desviste
la espera, que prolonga tu aguacero.
Con este texto la autora obtuvo Mención Especial en Décima en el Encuentro-Debate Provincial (Cienfuegos, Cuba, 14.11.2024). (N. del E.)
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“Porque es mucha la vida que me mata”,
te la estoy entregando en un suspiro.
Si me muero mañana, si deliro,
así sabrás que el sueño me delata.
Porque es mucha la Vida que te entrego
y tú me matas con tu Amor cobarde.
¿Apagaste tu llama? ¡Apenas arde
en ella mi pasión! ¡Mísero fuego!
En este Amor lejano e imposible
florecerá por siempre mi ternura.
No olvides que es muy fácil lo posible.
Y allí donde esté la sepultura
de este amor sin olvido y sin medida,
perpetuarán las flores de mi Vida.
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“Tras una joya divina”
se me perdió la mirada
pensando encontrar el hada
que oscurece e ilumina.
Pensé en la rosa, en la espina.
Pensé en la luna y el sol.
Pensé en el mar, caracol
que avanza sobre mi arena.
Pensé en mi costumbre buena
de besar un girasol.
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Por Yusbiel J. León
Y al mundo, que no puede existir sin mujeres
No te duelas, sube el rostro,
Camínala, dale alas...
Dale el cielo, y no la pierdas
Que hasta en el cielo hay fantasmas,
No la enseñes a sufrida
Que repetirá tus llagas
Y tu solamente llevas
Sobre los hombros la casa,
Y otras llevan además
Basureros en el alma;
Piénsalo, que eres dichosa,
Porque por lo menos amas.
Cuando se despierte dile
Cuánto vale lo que cargas,
Lo que vale ser mujer
Desde la escoba a la cama.
Enséñala a repartir
Los trastos y la esperanza...
Y a espantar de los portales
El polvo con que te andas.
¡Qué el mundo sienta vergüenza
De tener estas estatuas!
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