Acta de premiación
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Por Luisa Macías
Siendo las 10:00 a.m. del día 17 de octubre del año en curso (2024), en la Casa de Cultura Habarimao (Cumanayagua, Cienfuegos) se efectuó el Encuentro-Debate Municipal de Talleres Literarios. Se realiza este evento como cada año dentro de las actividades de la Jornada de la Cultura Cubana, con la participación de miembros del Taller Literario Municipal y un jurado conformado por los escritores Magaly de las Mercedes Ojeda Pozo, Orlando Víctor Pérez Cabrera y José (Pepe) Sánchez Hernández. También estuvieron presentes Pedro Eduardo Estévez Lores, Director Municipal de Cultura y Kenia Mesa, subdirectora de la Casa de Cultura.
Se presentaron obras en los géneros de: poesía, cuento, décima y literatura infanto-juvenil; fueron leídas las obras de los talleristas y debatidas entre todos, se hicieron críticas y sugerencias.
El jurado decidió otorgar los siguientes Premios y Menciones:
Poesía
Premio compartido:
“Enigma del Rin”, de Xiomara Rodríguez Pérez.
“La muerte y su soledad”, de Nélida de la Caridad Puerto Suárez.
Primera Mención: To be or not to be, de Jorge Jesús Castillo Armas.
Mención: “Viaje”, de Aléxei Ruiz Arboláez.
El día llega
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Por Ulices Trujillo
Llega el día con sus hilos
de luz y, sobre la nieve,
la novia inmóvil se atreve
a un sollozo de pistilos.
Parece mellar los filos
del invierno (sus puñales).
Entre las ramas (panales
de cálida clorofila)
el eco de un trino apila
la esperanza en los cristales.
La casada infiel
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Y que yo me la llevé al río
creyendo que era mozuela,
pero tenía marido.
Fue la noche de Santiago
y casi por compromiso.
Se apagaron los faroles
y se encendieron los grillos.
En las últimas esquinas
toqué sus pechos dormidos,
y se me abrieron de pronto
como ramos de jacintos.
El almidón de su enagua
me sonaba en el oído,
como una pieza de seda
rasgada por diez cuchillos.
Sin luz de plata en sus copas
los árboles han crecido,
y un horizonte de perros
ladra muy lejos del río.
Perpetuo
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“Porque es mucha la vida que me mata”,
te la estoy entregando en un suspiro.
Si me muero mañana, si deliro,
así sabrás que el sueño me delata.
Porque es mucha la Vida que te entrego
y tú me matas con tu Amor cobarde.
¿Apagaste tu llama? ¡Apenas arde
en ella mi pasión! ¡Mísero fuego!
En este Amor lejano e imposible
florecerá por siempre mi ternura.
No olvides que es muy fácil lo posible.
Y allí donde esté la sepultura
de este amor sin olvido y sin medida,
perpetuarán las flores de mi Vida.
Réquiem
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Por Ronel González
¡Callado abuelo! A veces la vida
a veces la vida parece venir de ti
como del Éter silencioso.
Holderín: Retrato de abuelo
Ahora que las falacias
pagan sus culpas prolijas
y, a través de las rendijas,
se nos filtra la desgracia.
Ahora que vamos hacia
la destrucción, me pregunto
con desgano, ¿hasta qué punto
ostensiblemente insólito,
merecías ser acólito
del horror, como un difunto?
Sobre Del franelero popular, de Rolando Revagliatti
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El aforismo es un género complejo, algo cejijunto, explosivo y fascinante que, por suerte, para todos los de buen corazón, está de vuelta una vez más. El aforista, un simple sujeto que pretende entender, no alcanzaría a ser más que un soñador, incluso letrado, o un funámbulo de arrabal que suele desearlo casi todo con un ahínco literario estupendo. Abre el juego de este muy interesante breviario, entonces, Revagliatti con su: “Sabrás de la garrapata de mis versos / o si no / no sabrás nada”.
Este pensamiento lacónico que acierta se torna insoslayable, la piedra de obsidiana en el zapato equivocado, todos recordamos lo que ya advertía hace un tiempito Décimo Junio Juvenal sobre el talante humano: “Nadie se hace malvado de repente”; o estotro del mejor Goethe: “Aprovecha tu buen estado de ánimo, se presenta muy raramente”. Rolando tercia, aquí, con una imbricada sutileza y unas enigmáticas correas: “El masoquismo hace estragos / en un sinnúmero de sádicos”.
La vieja Atanasia
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Por Reynaldo de la C. Fernández
Parte 1 (fragmento)
Para Atanasia Villalobos hacer el bien era su religión. Las carcajadas le brotaban de las entrañas y todo el ambiente se contagiaba de frescura. A veces su lenguaje prosaico, soltado sin pensar a boca de jarro, retraía a los más recatados. Sin embargo, todos sabían que no había mala intención. Así era ella: ordinaria pero servicial; campechana como guajira silvestre, pero solicita ante los problemas del otro. Muchos niños del Valle de Siguanea habían llegado al mundo a merced de sus manos huesudas y callosas. Nadie le había enseñado cómo hacer un parto. Eso le vino por gracia divina y la perspicacia natural que tantos caminos le abrió. Se comentaba que la famosa “Cueva de la Vieja”, en Río Negro, había sido bautizada con ese nombre en honor a ella, afirmación desmentida por su hijo Cristóbal. Pesares y alegrías compartió con la gente de allí, y su nombre es el más recordado entre todos los que vivieron en aquellos parajes.
Atanasia nace en Rancho Capitán, batey infortunado a mitad de camino entre Cumanayagua y Crucecita, cuando el desvío por la Cueva del Gallo subía hasta El Mamey. Un lugar apartado de la cordillera del Guamuhaya donde su padre Cheo Villalobos había arrendado uno de los tantos cafetales obrados por los colonos de la zona, con intenciones de hacer fortuna.
Amo a una mujer pequeña...
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Amo a una mujer pequeña
con labios de miedo
con voz azul;
una mujer plausible
que cosquillea en mi cuaderno.
Ella entrelaza mis horas
conmueve
con las vestiduras de su risa
mientras cabalga
en la rectitud de un sueño.
Amo a una mujer pequeña
como flor insomne
diminuta...
Inequívocamente cabe
en la vanidad
de mi beso.
Imaginación...
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A John Lennon in memoriam
Yo quise imaginarme
Como tú en tu canción,
Un mundo sin fronteras,
Sin patrias, ni banderas,
Un pueblo sin nación.
Yo quise imaginarme
La Gran Revolución
Que derribara el muro
Que levantó el más puro
Derecho de admisión.
Pero ya lo ves,
Mi querido John....
Yo quise imaginarme,
Como tú en tu canción,
Que aún queda la inocencia
De creer en la existencia
De un Dios sin religión.
Te conté
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Por Magaly Ojeda
Palabra y vida…
Crear las cosas es nombrar las, dotar a los objetos, sentimientos y emociones de una vida independiente. Es un acto individual y general que me sirve a mí como individuo y a los demás como sociedad. En Génesis I. 3 se dice: “Entonces Dios dijo: !Que haya luz! Y hubo luz”. Se dotó de forma y de contenido una realidad. Crear no solo es nombrar, dar sustantivo, también es acción; verbo y sustantivo van unidos en el acto de creación. Los creadores son artistas, los artistas son creadores porque establecen cosas, producen algo nuevo a partir de la realidad que viven. De esta forma palabra y vida van de la mano. La literatura, al igual que las ciencias, trata de dar respuestas a las preguntas más importantes del ser humano: ¿Quiénes somos? ¿Cómo fue el mundo de los primeros hombres? Entre otras interrogantes que nos hacemos: ¿Cómo llegamos a ser lo que somos? ¿Cómo se formó nuestra sociedad? J. H. Rosny en su novela La conquista del fuego (1909) nos recrea ese mundo primitivo. Se trata de una historia innovadora que inaugura el género de “novela prehistórica”. Junto con Julio Verne, Rosny probablemente sea el escritor francés de ciencia-ficción más importante hasta la fecha.
Te invito pues, a leer La conquista del fuego.
Sin edad...
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Por Naizomi Getav
Mirarle a él,
observarle;
algunas arrugas
adornan el terso de su rostro,
nos hacemos grandes
en las manos dibujantes del tiempo.
Mirarle a él,
acicalar su cabeza;
alguna cana se asoma
entre los azabaches rizos de su pelo;
se asoma plata, erguida, orgullosa...
Tras ella, vienen tantas.
¡Tiempo pintor!
Mari Lope
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Por Rogelio Leal
Mari Lope, Mari Lope
es la flor de la amistad.
Jean, pirata de corsarios,
la quería desposar:
—Mari Lope, serán tuyos
mis tesoro de la mar.
—Guarda, guarda los regalos,
tus palabras son de sal;
que no cambio yo mi patria
por tu cofre y tu bregar.
Esta noche los cocuyos,
desde el sueño de coral,
fueron lobos marineros
a robarla para Jean.
Y en la playa, Mary Lope
¡el prodigio de contar!
se volvió una planta humilde
y no pudo la maldad.
Mari Lope, Mari Lope
es la flor de mi ciudad:
hojiverdes las sandalias
y la bata de azafrán.