Por Pepe Sánchez

 

Acá donde tañen los pechos llagados
soy guardián de noticias venideras
el aumentador de la luz de mi césped
con solo un mendrugo de fuego
caminando la selva helada del corazón


El porvenir será un viento estepario
cualquier brocal abierto en la desesperanza
con su sur escandaloso y civil
disparando a la brillantez del norte


Mis hijos andarán en autos de hidrógeno
de rabia o de sueño pero andarán


Ningún precio derriba esta verdad


los bestias seguirán devorando la luz
pero aún sobre el lomo de su Noche
yo pervivo

Por Nicolás Águila

 

En español existe un tipo de plural llamado “plural expresivo”. Este es un plural que no denota cantidad, sino intensidad. Se usa mucho en fórmulas de respeto, como “gracias”, “mis condolencias”, “saludos”, “felices fiestas”, “felicidades”, “besos y abrazos” y, claro, “buenos días (y buenas tardes/noches)”.


Tomado de Quora.

 

 

Por Nélida Puerto

 

Si un día decides  indagar por mí,
búscame entre el ridículo,
donde existen poderes
que eclipsan la razón.
O en el abismo:
allí permaneceré
retando al absurdo.

 

 

Por Magaly Ojeda

 

Maga
Amor
mío es el acento
que bailó en tus oídos
mías las horas
nanas que lavaron tu piel
con rocío de estrellas
mío es el amanecer
junto a la hoguera
que doró tus ojos
de locas distancias
mías todas las luces
las sombras
y la noche
sin fin
de tono gris
que me has dejado

 

 

Por Jorge J. Castillo

 

Tímida hembra, mujer cuasi desnuda,
pasaporte al orgasmo sin frontera.
Tímida niña, lunes-Primavera
Santa. Como un viernes post-Neruda.

Hundidme en ti, felatio puro sexo…
Cuán Sabor, cuán profundo es tu crepúsculo.
Yo nadaría a ritmo bis-minúsculo:
gozar besables muslos; todo plexo.

Tímida hembra de azules capitanes;
fogosa luz, mi tiempo se ilumina
en horas-arcoíris-talismanes.

Un Domingo de Ramos llueve para
sentirte mojadiza piel divina.
Tímida hembra, tormenta que me ampara. 

Por Magaly Ojeda


Yo también he sido
una chica mala
perseguida por culpas
y fantasmas de mi ayer
por el desamor, la tristeza
y la desesperanza.
Palabras vacías
que no alcanzan a decir
cuánto duele la soledad
y la noche sin ti,
que no pueden describir
los sueños perdidos
los miedos al acecho.
Tuve sí un amor
de rosas y canciones
poemas ocultos
y señales en el viento.
Te tuve sin saber que te tenía
que estarías para siempre
entre mis labios, mi piel
y mis mañanas. 

 

 

Por Marisol Velázquez

 

                 A Eustaquio Velázquez

 

Desde allí donde nos miras
en tus pasos hechos plumas
           la ciudad
                     es
                         pez callado
escurriéndoseme
                         dentro
a descifrar tu mudez,
penetra por los cristales
de tu ventana tan seria
con un lejano silencio.


         El vencedor sin corona
         por los caminos del aire,
ya tan cerca del laurel
bajaba todo peldaño
         arañándose lo vivo
         para volver a correr.

Por Silvia Valdés

 

Arimao fecundó
el vientre de Hanabanilla,
y hecho flor, fruto, semilla,
Cumanayagua brotó.
El suelo lo cultivó
de cítrico y de café.
Y entre guateque y bembé
va su estirpe laboriosa,
gente de ala generosa
que nos inunda de fe.

Pueblo de mis fantasías,
mis amores y mis ayes,
cuando me bebo tus calles
ya no son tuyas, son mías.
Bordaste mis alegrías.
Me entretejía en tus sueños
de julios. Y en el empeño
de mis trinos otoñales,
añoro patios natales
y tus parajes risueños.

Por Nicolás Águila



Más de una cubana se decía la inspiradora de Nosotros, el famoso bolero de Pedro Junco. Yo mismo conocí, ya fuera de Cuba, a una señora que aseguraba haber sido la musa de Tito (así le llamaban los amigos al malogrado compositor fallecido a los 23 años). Sin embargo, lo que cuentan los más cercanos al compositor es que se trataba de una grácil muchacha natural de San Juan y Martínez, de quien Junco se enamoró y luego se apartó de manera altruista (“Nosotros, que nos queremos tanto / debemos separarnos, / no me preguntes más... / No es falta de cariño, / te quiero con el alma, / te juro que te adoro / y en nombre de este amor / y por tu bien te digo adiós”.). No quería contagiarla con la tuberculosis pulmonar que había contraído, una enfermedad infecto-contagiosa que resultaba difícilmente curable antes de la era de los antibióticos. El emblemático tema, que ha sido interpretado por Plácido Domingo, entre otros cantantes de fama, fue como una carta de despedida enviada a la joven pinareña cuyo nombre nunca se ha llegado a revelar, quizás para no invadir la privacidad de su anonimato, pero añadiendo morbo al misterio. Mi mamá se conmovía oyendo la canción, no tanto por la letra triste como por la dolorosa historia que encerraba. Nosotros fue estrenada dos meses antes de morir el autor en la clínica habanera de la Quinta Covadonga en abril de 1943. Por lo que parece y hasta donde sé, en los últimos tiempos no ha aparecido ninguna otra musa inspiradora de Nosotros. Lógico, porque eso equivaldría a declararse más vieja que la portada de La Josefa. 

 

 

Foto1Por Orlando V. Pérez

A mi amigo Sabino Ramón Jiménez Roque (Pito), (poeta, bohemio incorregible, soñador empedernido, fundador del Club La Década Prodigiosa junto con otros coterráneos de Cumanayagua, Cuba), quien se nos marchó para siempre en la madrugada del pasado domingo día 27 de agosto de 2023.


Te nos fuiste, Ramoncito,
bajo el velo de la noche,
tú de luz; cuánto reproche
a La Intrusa, amigo Pito.
Y aunque no se escape un grito,
en mi pecho la tristeza
hace un nido. La cabeza
está a punto de estallar.
Mas alienta recordar
tu alegría y tu entereza.