Las partes de tu cuerpo
son fronteras clausuradas.
Intento introducirme en tu región.
Si el centinela de turno
no detecta mi presencia en sus radares.
El centinela de al lado
a veces hace su turno.
Ahora espero la llegada del mío
y observo el panorama a través de un rendija.
Un perro enfurecido me clava sus colmillos.
Es hora de retroceder y esperar el cambio de guardia.
Para evadir los obstáculos
de fronteras clausuradas.