Por Taimí Blanco

 

Frente al mar,
desnuda, 
entre mareas y afilados arrecifes,
los alcatraces dinamitan sus pupilas,
las olas dialogan.
Poco sé de marinería,
no más que anudar y desatar nudos en mi alma,
navegar a ratos la memoria,
desembarcar en puertos del recuerdo.
Es una playa de sales,
—recuerdo—
lágrimas antiguas,
eterna convocación a la nostalgia.
No olvidar, no olvidar...
— olvidar—.
Aunque duela y muerda,
aunque inquiete el perdón,
la despedida...

Por Olga L. Martínez

 

            Un ansia de aparición
            de tus cantares arcanos
            te hacía inquietas las manos
            y musical el bastón.

                
Jesús Orta Ruiz


Esconderse es casi un juego.
Es..., como mirar atrás.
A donde no volverás,
sin una luz y me niego
a seguir presa del fuego
que aviva la tentación.
¿Acaso es una obsesión
ocultar lo que es derecho?
Se va tatuando en mi pecho
un ansia de aparición.

Por Lucio Pérez

 

          ...mí país es una piel clavada en el madero.
          fuera de los horizontes
          tiendo una hamaca.
            

             John Berger     


Una casa duerme sin anhelos
las arañas hacen su labor
bajo la  orfandad de las paredes.
Un anciano cuenta las monedas
ha olvidado las flores amarillas en el mantel,
el olor a maíz dulce.
Se comentan las noticias del pan,
mientras una legión de hormigas se disputan las migajas.
El anciano pausa su memoria
el mar ha devastado su cosecha.
Lentamente las figuras se disipan,
las arañas dejan su labor
y las hormigas ciñen los recuerdos
arrastrándolos hacía las profundidades
donde una casa duerme sin sueños.

 

 

Por María R. Martínez


 
             (Reto que nos hace Félix Jorge Almarales)


La décima en el espejo
parece que está al revés
y si la miro otra vez
de diez versos es reflejo.
No hace falta catalejo
es una estrofa sencilla,
enlazo una redondilla
con otra, si tejo un puente
y si escribo de repente
¡la décima es maravilla!

¡La décima es maravilla!
y si escribo de repente
con otra, si tejo un puente
enlazo una redondilla.
Es una estrofa sencilla,
no hace falta catalejo,
de diez versos es reflejo
y si la miro otra vez
parece que está al revés
la décima en el espejo.

 

Por Isabel Ricardo

 

Mantente a mi lado y
al permanecer junto a mí, todo ese tiempo
descubrirás que todos mis poemas
comienzan y terminan en ti. 

 

 

Por Hansrruel Aldana

 

Húmedo como tu ausencia
el mar me crece a la espalda.
¡Qué terco el mar! Nunca salda
su deuda con mi conciencia.
Pobre de mí sin la herencia
mojada de tu sonrisa,
hoy se me ha vuelto ceniza
todo el mar en la mirada.
El mar es una emboscada
sangrando por mi camisa.


¡Qué terco el mar! Otra vez
toda su abulia me acecha.
¿De qué sustancia está hecha
la sombra de su estrechez?
¿Donde irá a vivir el pez,
cuando se evapore el mar?
Tal vez comience a sangrar
en un frasco incontenible.
El mar es impredecible.
Ténganle cuidado al mar.

Por Lucio Pérez

 

            ...bajo la luz ,dentro de la luz, todo es posible: incluso la sombra.
              

                                      Virgilio L. Lemus


Quiero encontrar la fecha de un diciembre
cuando el abrazo se convertía en la última molécula a la esperanza
y los besos colgaban de la risa
en el postrero discurso de la noche.
Las manzanas hoy se hospedan en el tiempo,
las uvas penden donde un día sonaron las campanas.
Mientras tanto, aquí estamos
mordiendo los silencios de un naufragio, redescubriendo
diciembres en instantáneas,
porque el tiempo es explicable, cuando Ítaca muestra lo que cargamos en el viaje.
Quiero saber la fecha de un diciembre
aunque sea en el último recodo de lo cotidiano. 

 

 

Por Ulices Trujillo

 

Sospecho que te hablé de los rincones
Y de las pausas que hay sobre mi cama,
De las voces que el silencio me reclama
O de los gritos de sexo en los balcones.

Sospecho una caricia a la deriva,
Una guitarra sin dedo ni canción,
Un dios que nunca escucha mi oración,
Alguna lengua que nada en su saliva.

Yo presiento que te hablé de geometrías
Y de falsas promesas que al desnudo
Alguna noche de pasión reclamarías.

Hay tanto verso muriendo en mis pantanos,
Y tanto labio en la piel donde me anudo,
Y hay tanto amor que habita en nuestras manos. 

 

 

Por Mabel Quintana

 

Me casé con don Antonio
que de “don” solo tenía
en su pobre anatomía
una nariz de quelonio.
En la casa era un demonio
que transformó la pantera
en la más indócil fiera,
cuando  al volver de la playa
no pude encontrar mi saya,
mis tacones y cartera.


Por la noche don Antonio
se me quedó en “Antoñico”,
y aunque le crecía el pico
era sólo de plutonio.
Qué farsa mi matrimonio
que por meses soporté.
Hace un mes me desperté,
a mi lado nadie había
y por fantasmal porfía
del susto me levanté.

Por Agustín R. Serrano

 

            Los discursos las distancias
            Las promesas o el dolor
            No son más que fantasías
            Que entretienen la razón.


                        Raúl Paz


Estoy solo navegando
entre libertad y espera.
Mi sueño cambia de acera
pero no cambia de bando.
Nadie ha confesado cuando
van a complacer las ansias.
Hay un eco de sustancias
por tantos años perdidos
y siguen en mis oídos
los discursos, las distancias.