Necesito un mar para aplacar
mis olas
y hechizar
los arrecifes.
Una parte de mí destila sal junto
a la arena.
No seré más un torbellino.
Me convertiré en espuma
solo
para volver a ser gota.
¿Dónde quedó la brisa?
¿A dónde voló el pájaro chillón?
A lo lejos la línea inalcanzable
me recuerda el beso.
Sigo aquí...
Sin río.
Sin rumbo.
Sin pies.