Por Anisley Fernández 

 

crece el olivo
en la cosmovisión del patio

la mujer-semilla se adhiere
al alba
entre surcos de tinta

qué soy, me dice,
contrapicado

la tarde sabe a higos,
damascos, caletas...

ayer bebí de un ángulo
muy agudo
donde pude arrepentirme

con un soleado parto en la garganta
y me pareció justo
ese grito


me parecí más
al costado del hombre.