crece el olivo
en la cosmovisión del patio
la mujer-semilla se adhiere
al alba
entre surcos de tinta
qué soy, me dice,
contrapicado
la tarde sabe a higos,
damascos, caletas...
ayer bebí de un ángulo
muy agudo
donde pude arrepentirme
con un soleado parto en la garganta
y me pareció justo
ese grito
me parecí más
al costado del hombre.