Por Julio Alayón Morales

 

De una tarde cuando llueve
trillos nuevos se perfilan,
y nubes rotas deshilan
su algodón sobre el relieve.
El ganado vuelve y bebe
pero sus cansinos cascos,
rompen como finos frascos
con sus pausados reflejos,
los naturales espejos
que dejaron los chubascos.

Se abrieron como cortinas
los párpados de tus ojos,
tan verdes como manojos
de álamos en las colinas.
Pero si en raras neblinas,
una tristeza los mueve:
tus ojos, pecas de nieve
rotas de un amargo frío,
dibujan el goterío
de una tarde cuando llueve

Con esta composición poética este autor de San Antonio de los Baños, Artemisa, Cuba, obtuvo el Segundo Premio Nacional de Glosas “Luis Gómez”, Cumanayagua, Cienfuegos, Cuba, 2024. (N. del E.).