Por Joel Garnier

              …is a warm gun, mama.

                           John Lennon

Vivir será la manzana
sin cabeza, sin tu boca,
recordarte en cada roca
que la demencia desgrana.
Vivir cuando el cuerpo emana
de la tierra, vasta ofrenda,
será encontrar la leyenda
de “Happines —canción sabia—
“is a warm gun”, y es mi rabia
quien la busca en otra senda.

 

Por María Salomé Pérez Conde

Se despertó asustada e incómoda, intentó abrir los ojos; pero solo sentía a su alrededor un ambiente tibio, húmedo, de agradable olor.

Comenzó a acomodarse y a aceptar su nueva condición. Poco a poco fue reconociendo a su alrededor otras compañías que le agradaron; trató de moverse, de hacerse sentir, pero sus esfuerzos fueron en vano; después de un rato de duro batallar sin resultados, comenzó a pensar en liberarse… el cansancio y el letargo la adormecieron.

Por Irasema Cruz

Nunca he sabido para qué sirve la escritura y soy un inocente que dormita en los vitrales. No me importan las canciones ni los muertos que flotan en mi pecera.
Compro el periódico, almuerzo en una esquina, chiflo... Me masturbo con la misma soga del demente.

A mi madre no le gusta el silencio de la palabra, prefiere el gélido sonido del ángel que levita.

No sé escribir, mi alma no sabe otra cosa que estar viva y le es suficiente. A los juglares se les quema el contrato de la buenaventura y en los desiertos se juzgan niños infestados, prostitutas que se lanzan a desnudar mundos, drogadictos que cantan la homilía del hambre; se alquilan Mercedes último modelo, noches y puñaladas que ponen fin a la Historia.

 

Por Jorge L. Lanza

“Dante no estuvo en presidio. Si hubiera sentido desplomarse sobre su cerebro las bóvedas oscuras de aquel tormento de la vida, hubiera desistido de pintar su infierno”.

José Martí, El presidio político en Cuba

 

Por: Alberto Vega Falcón

Florencio Guadarrama Delgado había nacido y se había criado en lo más intricado de las elevaciones del macizo montañoso del Guamuhaya cienfueguero, conocido también como Escambray. Le habían cambiado, no se sabe quién, su nombre de pila y le adosaron el de Lencho Manigua, al parecer porque no salía de su conuco, donde adquirió fama de pamplinoso y pintoresco personaje que le puso sobrenombres o apodos

Por Katia Chávez 

En una cama de hospital, Pedrito, desde el aire, escuchaba aquella melodía que elevó lo profundo de su alma. La inspiración que años atrás lo separara de la persona amada, sería su triunfo en el lecho de muerte. La radio dejaba escapar el sonido:

Nosotros,
que nos quisimos tanto,
debemos separarnos…

Una tortura final que abría el abismo, la despedida del cuerpo. Su composición indica que la felicidad llega cuando más se necesita de la vida, en ese preciso momento la muerte le arranca el tiempo para disfrutarla. 

 

Por Mailin García

Surqué un mar de soledades
en un barco de lujuria,
mas no conté con la furia
de las grandes tempestades.
Olas de dificultades
anunciaban la derrota.
Y en esa ciudad remota
donde mi esencia fue rea,
cuando bajó la marea
ya mi alma estaba rota.

 

Por Katia Chávez

La abuela lucía un nombre como ella misma, la llamaban Caridad. Significa compartir, así decía, con los que no tienen nada, pensar en aquellos, los otros. Todos esperaban algo con sus palabras, un consejo, experiencia o quizás la ternura en el discurso. Ese dejo pausado que te permite confiar. Hacía nacer, con el hablar, una esperanza.

Por Aymara B. Hernández Denis

Joaquín vive en el condominio Sweetlake, donde la tranquilidad era cierta hasta la llegada de aquella bestia enorme, solitaria y tuerta. Ha decidido cazarle. Camina despacio hacia el trozo de roca que sobresale del agua, donde se sienta. Su pierna izquierda se balancea en ella, provocando una sutil onda cada vez más perceptible. Se sabe observado por el único ojo que le dejó al animal aquel día.

La herida, no olvidada, oculta la trampa. El cocodrilo tiene hambre y morderá con fuerza el cebo. Tal y como lo supuso, emerge, se aferra a la pierna del hombre, lo arrastra hacia el agua para

 

Por Alejo Carpentier

          Y caminaba, semejante a la noche.

                ILIADA. –Canto I

I
El mar empezaba a verdecer entre los promontorios todavía en sombras, cuando la caracola del vigía anunció las cincuenta naves negras que nos enviaba el Rey Agamenón. Al oír la señal, los que esperaban desde hacía tantos días