Por Yusbiel J. León

Se me escurrieron los ojos
Al fondo de tus miradas,
Te fui hojeando el corazón
Pero sin que te enteraras,
Y creo que te leí
Los insomnios, la esperanza,
Incluso, el golpe de estado
Que darías a mi alma;
Te quise seguir hojeando
Para enterarme de nada,
Porque de saberlo todo
Mientras estabas, no estabas.

                 resurrecto 

Por Pepe Sánchez

He pagado mi peaje de luz
serena a golpes de lenta soledad
quizá pude desnudar mejor la tristeza
estas manos mías no supieron venderse
Aquí está mi prometido otoño
no le juzguéis por su árido barbecho
La esperanza es estar vivos


Poblano

Qué pensarán de mí los elegidos
con todo este desorden triunfal que numera
mis huesos los exhibe trémulos
qué carga humana pondrán a mis pies

              en tu año 142
            así te queremos por acá

Por Pepe Sánchez

Maestro, yo mejor me bebo en casa
la suerte de tú y yo, bajo la tierna
luz de un enero en la gentil taberna
de tu verso, agrio vino y sed que abrasa,
alguna vez haber la misma taza
de amistad compartido. Mal gobierna
mi mano este licor porque se cierna
tu verbo por las calles; no la rasa
memoria en los desfiles. Y ver cómo
la ciudad te prodiga sus muchachas,
temor hirsuto, sol, esquivas rachas,
de amor muriendo, no de frío. Tomo
mis días y te invoco sombra atrida
como un buen socio para andar la vida.

Por Antonio D´ Jesús Jiménez

Soy uno más de los que quedan menos.
Soy esa mirada fija que no quiere pasar en silencio.
Soy el humor de este mundo sin poder amar.
Soy el silencio sentado en un banco vacío
esperando a que llegue quién soy en realidad.
Soy el sonido de un piano que nadie toca.
Soy un calendario muerto
besándole las pestañas a la eternidad.
Soy esa rareza escondida en una cara feliz.
Seguro soy el lugar donde alguien quiere estar.
Soy ese instante que llora cuando
nadie lo recuerda.
Soy ese beso que añora rozar otroslabios.
Soy ese loco
que sueña encontrarse con su loca.

 

Por Orlando V. Pérez

                   En el corazón tenía
                   la espina de una pasión,
                   logré arrancármela un día:
                  ya no siento el corazón.

                  La tarde más se oscurece
                 y el camino que serpea
                 y débilmente blanquea,
                se enturbia y desaparece.

                Mi cantar vuelve a plañir:
                “Aguda espina dorada,
                quién te pudiera sentir
               en el corazón clavada”.

                       Antonio Machado

Por Nicolás Águila

Antonio Ménendez Peláez es un héroe cubano, aunque haya nacido en Asturias, España. Siendo un adolescente se radicó en la ciudad de Cienfuegos, Cuba, donde cumplió su sueño de hacerse piloto. Llegó a ser un as de la aviación y pionero de los vuelos trasatlánticos. En mi pueblo de Cumanayagua —y en el resto de Cuba— se convirtió en una leyenda tras su muerte trágica en el aeropuerto de Cali en 1937. Cuentan que Menéndez Peláez le “vendía listas” a la novia cumanayagüense (Ofelia) lanzándole flores desde su monomotor después de hacer mil piruetas en el aire. Con ella se casó y tuvo un hijo, Tony Menéndez, a quien yo veía de niño embalado en su auto de carrera —una cuña roja, creo recordar— por la calle de mi pueblo que lleva el nombre de Capitán Antonio Menéndez Peláez, la vieja calle siempre Calle Nueva, donde nací y donde me crie.

Por Nélida Puerto

             …que se van diciendo adiós.

                                 Luis Gómez

Que se van diciendo adiós
los cabellos transparentes
llevando a otras  corrientes
el poder de  un semidiós,
el agua sube hasta Dios
con mi preciso mensaje...
pañuelos por equipaje
para los ojos que abrazo
cuando se duerme el ocaso
en los brazos de un celaje.

Por Pedro E. Díaz

                 …que se van diciendo adiós…

                                   Luis Gómez

Que se van diciendo adiós
De existir sin existir?
Empezando a dividir
Lo que un día juntó dios.
Como ha de partirse en dos
El cimiento de la casa?
Como se curan sin gasa
Las heridas del puñal?
Como se explica el portal
La ausencia de la terraza?

Como le explicas al vuelo
Lo que pesa la altitud,
—No debe la ingratitud
Doblarte como un pañuelo—.
Si el ímpetu del anhelo
Carece de viva voz,
Entonces serán los dos,
Tú y el tú sin ti asonantes:
Suerte de notas distantes
Que se van diciendo adiós.

Por Nélida Puerto

Siempre que te condenen

Baja los ojos
porque te cegara la luz
y no podrás tener la dicha
de una nueva condena.

Cuando la esperanza te abandone
busca lo oscuro
la fe acorralada,
los sueños con olor a tempestad
escribe con la tinta de un  sollozo.
Sorprende al amor y a la esperanza.

Amor, bautismo de desdichas,
sal q se pega al desamor,
canción qbal bautizarse
canta cenizas de amorio,

Por Elizabeth Álvarez

Su novio la había visitado por tantos años, casi un siglo, y ella lo esperaba; a veces con un traje copiosamente verde; otras, vaporosa lanzaba lanas hacia el puente, en ocasiones estrenaba ceñido traje color ceiba en muda, todo para recibirlo.

Desde lejos él pitaba y su corazón enloquecía esperándolo. El amado aparecía sobre el puente de hierro; los rieles estremecidos le entregaban profundos sentimientos de unión a través de sus raíces a largadas. Cuando las caras estaban próximas, expandía calor de locomotora y las ruedas chirriaban para darse ese valor y orgullo de enamorados.