Por Ramelka Nieblas
Nacer es un milagro, morir es natural; sin embargo, el segundo hecho impresiona mucho más que el primero, sobre todo si esa muerte sorprende, deja vacíos y deudas de tiempo.
Falleció Alexis Díaz de Villegas, cumanayagüense, orgullo de los hijos de esta tierra, de la cual nunca se fue de manera definitiva. Sin dudas, su mayor éxito fue en el teatro, donde, con varias agrupaciones, realizó importantes montajes que fueron inolvidables en los escenarios.
El cine y la televisión tampoco perdieron la oportunidad de disfrutar y difundir su talento.
En Tras la huella (la serie policíaca cubana) tuvo varias apariciones y, a diferencia de otras tramas menos complejas en las que el intervino, los personajes a los que dio vida tenían historias y personalidades que él supo enriquecer y matizar.
La pantalla grande nos lo trajo con actuaciones memorables en filmes como Entre ciclones, El cuerno de la abundancia (esta película, con un personaje que tal vez lo hizo más cercano al público y con el cual emuló con los protagonistas en cuanto a aceptación y presencia permanente en el recuerdo de los espectadores: me refiero a Miguelon, aquel bobo del pueblo que por la famosa herencia que nunca le llegó, casi consigue casarse con la joven más deseada de la zona… Esta fue, a mi parecer, una interpretación imborrable para el público).
Juan de los muertos es un filme que marcó pautas en la historia del cine; el primero relacionado con zombies y protagonizado por este querido cumanayagüense, quien no dudó en traer el filme a su terruño durante la Jornada de la Cultura que se le dedicó en el 2010 y que para alegría de los nacidos en esta tierra consiguió reabrir nuestro cine y pudimos apreciarlo en pantalla grande, algo que después nunca más volvió a suceder: el cine hasta hoy permanece cerrado.
Pero detrás del actor está el ser humano, ese que no olvidó de dónde vino, y por estos días de dolor ante la perdida llegan los recuerdos de su paso por la tierra que fue su cuna y que nunca negó.
Sus profesores del preuniversitario lo recuerdan como un joven entusiasta, muy respetuoso, pero también ocurrente, que gustaba de imitar a algún que otro docente y los matutinos que organizaba eran algo especial; de seguro el bichito del arte ya corría por sus venas y estas eran solo las muestras de lo que vendría después.
Antes de partir de este mundo manifestó su deseo de volver a su Cumanayagua, algo que ya no fue posible por su delicado estado de salud y, según publicó en las redes sociales José Oriol González —amigo suyo, fundador y director de Teatro de los Elementos, cuya sede también visitó y con los actores compartió en sitios de montaña y otros escenarios— Alexis manifestó que sus restos fueran traídos a Cumanayagua; ojalá así suceda y le podamos tener en el lugar de donde salió, en su pueblo y con su gente. Porque más que un público aquí reside aún una parte de su familia y sus amigos; aquí esta su historia, la génesis del arte que le corrió por las venas.
Una deuda de tiempo, eso quedó entre él y la vida, que le jugó una mala pasada; pero su existencia fue prolífera, su paso entre los vivos deja el sabor de lo vivido y entregado por El Majá, como cariñosamente fue apodado aquí desde niño, y que más allá de su personaje de Juan de los Muertos, siempre será Alexis de los Vivos, porque tanta vida no cabe en un ataúd, no lleva tumba sino libertad a su incasable espíritu creador. Cumanayagua llora su muerte, agradece su vida y espera su regreso con un hasta la eternidad.