Por Sarahí Pérez Lima

El amor es mariposa
de trastocado color;
es un invierno muy frío
con instantes de calor.

Nuestro amor, como un jinete,
me espolea el corazón.
Pero sé que es un viajero
sin paradas ni estación.

Con este poema la autora participó en el Encuentro-Debate Nacional de Talleres Literarios Infantiles (Ciego de Ávila, septiembre de 2018). (N. del E.).

 

Por Robert William Fuentes Rodríguez

La tragedia sobrevive
hasta el final de la página,
con su memoria escondida
que se eleva donde el alma;
donde una mano, no es mano,
no borda más de su magia.

Por Claudia T. Cabrera


Soy lagarto que en patines,
hago saltar mis carreras,
asombrando las quimeras
con su pista entre confines.
Me pongo los escarpines,
y con la corbata roja
presume mi pata roja.
Y si estiro la cabeza
la otra se figura tiesa
y el corretaje me afloja.

Con este texto la autora obtuvo Mención en el Encuentro-Debate Provincial de Talleres Literarios, en la modalidad de literatura para niños (diciembre de 2020).

 

Por Dianis Esther Barbán Suárez

Zapatillas encantadas
de la ciudad escondida
princesas llenas de vida
parecidas a las hadas
Las niñas enamoradas
revolotean la flor
con romántico dulzor
se levantan hasta el cielo
en un mágico pañuelo
danzan los versos de amor.

 

Por Elizabeth Álvarez

 

Llegó la primavera y con ella los jardines se matizaron mágicamente, como abrir y cerrar de ojos.

La gente del pueblo admiraba las flores del viejo Juan; él era un gran jardinero, celosamente sembró muchas variedades de rosas y otras delicadas flores. Buscaba la flor perfecta, y aunque era feliz con su jardín, la vida no le fue tan propicia.

Por Elizabeth Álvarez

 

El Papalote volaba señorial compitiendo con las nubes, sintiéndose orgulloso de alcanzar aquella altura. Los pájaros al pasar por su lado comentaban:

—¡Que gran Papalote! Con esos colores parece un arcoíris.

Y al oír aquellos elogios; zigzagueaba, hacía cabriolas como un chivito alegre.

 

Por Maritza González

La señora Cotorra se lo contó a Bijirita; esta, a Zunzún; Zunzún, a Paloma Torcaza, quien decidió mandarle un mensaje al señor Sijú Cotunto, que sería el más interesado en ayudar, porque es de su familia y tiene la misma costumbre, en noches de luna llena, de remontar el vuelo hasta las nubes y regresar alegre y esplendoroso.