Por Elizabeth Álvarez

 

El Papalote volaba señorial compitiendo con las nubes, sintiéndose orgulloso de alcanzar aquella altura. Los pájaros al pasar por su lado comentaban:

—¡Que gran Papalote! Con esos colores parece un arcoíris.

Y al oír aquellos elogios; zigzagueaba, hacía cabriolas como un chivito alegre.