Por Mahatma Ghandi

 

Voy a seguir creyendo, aun cuando la gente pierda la esperanza.
Voy a seguir dando amor, aunque otros siembren odio.
Voy a seguir construyendo, aún cuando otros destruyan.
Voy a seguir hablando de paz, aún en medio de una guerra.
Voy a seguir iluminando, aún en medio de la oscuridad.
Y seguiré sembrando, aunque otros pisen la cosecha.
Y seguiré gritando, aún cuando otros callen.
Y dibujaré sonrisas, en rostros con lágrimas.
Y transmitiré alivio, cuando vea dolor.
Y regalaré motivos de alegría donde solo haya tristezas.
Invitaré a caminar al que decidió quedarse.
Y levantaré los brazos, a los que se han rendido.
Porque en medio de la desolación, habrá un niño
Que nos mirará esperanzado, esperando algo de nosotros.
Y aún en medio de una tormenta, por algún lado saldrá el sol.
Y en medio del desierto crecerá una planta.
Siempre habrá un pájaro que nos cante,
Un niño que nos sonría y una mariposa que nos brinde su belleza. 

 

 

Por Lágrimas de una Condesa

 

Estos recuerdos carcomen mi alma
como gusanos en piel putrefacta
esta oscuridad me cubre más y más
entre sollozos de lamentaciones y lágrimas

El aullido de las almas sigue mis pasos
los que se hacen más cortos
bebí el amargo de un amor no correspondido
y entre sus sombras hoy me encuentro
buscando en el lodo de la indiferencia
algo que calme mi sufrimiento

Soñé con un jardín de tus versos
y encontré flores marchitas en poesía
muriendo cada día poco a poco en sollozos
agónicamente en silencio

 

Por María Herrera

 

Los pétalos de la soledad
impregnan la belleza de su daga,
la respiración pausada…
el polen de la garganta brota.
Los almohadones agobiados
de ser profanados en tumbas
y un todo de vacío empuja
queriendo derrocar las trincheras
débiles del orden para plantar su bandera.
Un todo y la nada,
océanos de  cicuta en el aire
y la luz intermitente y la oscuridad tácita
vomitan sus razones para reinar.
Pequeño es mi mundo,
¿cómo fue que se redujo tanto?
El desatino del cántico del espejo
de mi centro
es la única utopía verdadera.

 

 

Por Jorge Luis Borges

 

Un hombre que cultiva su jardín, como quería Voltaire.
El que agradece que en la Tierra haya música.
El que descubre con placer una etimología.
Dos empleados que en un café del Sur juegan un silencioso ajedrez.
El ceramista que premedita un color y una forma.
El tipógrafo que compone bien esta página, que tal vez no le agrada.
Una mujer y un hombre que leen los tercetos finales de cierto canto.
El que acaricia a un animal dormido.
El que justifica o quiere justificar un mal que le han hecho.
El que agradece que en la Tierra haya Stevenson.
El que prefiere que los otros tengan razón.
Esas personas, que se ignoran, están salvando el mundo.

 

 

By John Lennon

 

We live in a world where we have to hide to make love, while violence is practised in broad daylight.

Traducción:

Vivimos en un mundo donde tenemos que ocultarnos para hacer el amor, mientras la violencia se practica a plena luz del día.

 

 

Por Sor Juana Inés de la Cruz 

 

Cuando mi error y tu vileza veo,
contemplo, Silvio, de mi amor errado,
cuán grave es la malicia del pecado,
cuán violenta la fuerza de un deseo.

A mi misma memoria apenas creo 
que pudiese caber en mi cuidado
la última línea de lo despreciado,
el término final de un mal empleo.

Yo bien quisiera, cuando llego a verte,
viendo mi infame amor poder negarlo; 
mas luego la razón justa me advierte

que sólo me remedia en publicarlo;
porque del gran delito de quererte
sólo es bastante pena confesarlo.

 

 

Por Amado Nervo

 

Todo en ella encantaba,
todo en ella atraía
su mirada, su gesto,
su sonrisa, su andar...
El ingenio de Francia
de su boca fluía.
Era llena de gracia,
como el Avemaría.
¡Quien la vio,
no la pudo
ya jamás olvidar!

Ingenua como el agua,
diáfana como el día,
rubia y nevada
como Margarita sin par,
el influjo de su alma
celeste amanecía...
Era llena de gracia,
como el Avemaría.
¡Quien la vio,
no la pudo
ya jamás olvidar!

Por José “Pepín” Bello

 

“(…) He dicho rito, y es que no cabe otro sustantivo; por partes seguía los siguientes pasos: en una habitación ordenadísima, limpia hasta relucir, tomaba asiento. Colocadas en su lugar, lápiz, siempre usaba lápiz, goma de borrar y un bloc impoluto de cuartillas blancas, lisas. Cuando comprobaba que todo estaba a su gusto tomaba asiento, nunca en postura indolente, siempre erguido. Y entonces empezaba a un ritmo lento de toda lentitud que ya no abandonaba; era premiosísimo escribiendo, muchas veces delante de mí y de otros amigos, que por lo que salió de aquellas veladas, no alterábamos para nada su concentración. Allí estaba la peña, tan tranquila en actitud contemplativa, admirando al artista y sin decir ni caramba.

Por Lágrimas de una Condesa

 

Son mis esfinges doradas quienes buscan el camino,
la melancolía cubre como manto negro mi memoria
entre recuerdos que torturan como corona de espinas
mientras se exudan mis lágrimas ácidas en el lago del dolor.

Los ojos nebulosos se quedan buscando su nombre,
sorbida tristeza de mi ser,
cubriendo mi cadáver en mortajas de poesía,
en letras que se llenan de sangre
en la soledad de esta habitación.

Fúnebre ritmo acompaña mi inspiración,
en tópicos versos empalagosos,
elucubrando el nacimiento a un nuevo sentimiento
mientras los ojos lloran su nombre.

 

Por Alfonsina Storni

 

Mi corazón es como un dios sin lengua,
mudo se está a la espera del milagro,
he amado mucho, todo amor fue magro,
que todo amor lo conocí con mengua.

He amado hasta llorar, hasta morirme.
Amé hasta odiar, amé hasta la locura,
pero yo espero algún amor-natura
capaz de renovarme y redimirme.

Amor que fructifique mi desierto
y me haga brotar ramas sensitivas,
soy una selva de raíces vivas,
sólo el follaje suele estarse muerto.

¿En dónde está quien mi deseo alienta?
¿Me empobreció a sus ojos el ramaje?
Vulgar estorbo, pálido follaje
distinto al tronco fiel que lo alimenta.