mi locura levanta
su barrilete de fantasía
por cielos de libertad en las esferas
más azules de la altura
y despliega
(creo que sin vergüenza)
todo su deseo de un baile despreocupado
(ante el quiebre de las censuras)
todo el gesto de sus brazos y sus piernas
(ante la burla del conformismo ciudadano)
toda la algarabía de su vestido en giros
(ante el malhumor que no respeta)
y mira lo que es
en el espejo interior del sentimiento
(en la carta de identidad de su existencia)
y baila baila baila
a viento suelto a cielo abierto
y ríe ríe ríe
la risa cuanto se quiera
mientras el cuerpo define
en el aire enloquecido de la altura
la elección del movimiento
no me fue fácil
hacer las paces
con el que fui
pero ahora
puedo despedirme de él
como si hubiéramos sido siempre
buenos amigos
es esta ausencia hijito…
obligado a dejarte que te fueras
aunque te tenía de la mano
destruyendo el adiós
vaciando los abrazos
dejando mudas las palabras
y hoy tan lejos...
yo que intenté ser padre y madre
de tu orfandad en ronda por la calle
cuento todavía
los días terribles del silencio
los años dolorosos de la pérdida
que se ahonda más y más por este hueco
y me empuja a rondar por tantas calles
de tu soledad
la noche en la palabra
escarba
los sentidos posibles
que la garganta no expresa
descubre riquezas que se esconden
en la sutil fragilidad de lo profundo
muy adentro de uno
o tal vez encuentra
socavones del miedo y de la duda
desconocidos