Por Roberto Bolaño


La forma en que se desarrolló mi amistad con Sensini sin duda se sale de lo corriente. En aquella época yo tenía veintitantos años y era más pobre que una rata. Vivía en las afueras de Girona, en una casa en ruinas que me habían dejado mi hermana y mi cuñado tras marcharse a México y acababa de perder un trabajo de vigilante nocturno en un camping de Barcelona, el cual había acentuado mi disposición a no dormir durante las noches.

Por Pablo Neruda

Para que tú me oigas
mis palabras
se adelgazan a veces
como las huellas de las gaviotas en las playas.

Collar, cascabel ebrio
para tus manos suaves como las uvas.

Y las miro lejanas mis palabras.
Más que mías son tuyas.
Van trepando en mi viejo dolor como las yedras.

Por Juan Boscán


Quien dice que la ausencia causa olvido
merece ser de todos olvidado.
El verdadero y firme enamorado
está, cuando está ausente, más perdido.

Aviva la memoria su sentido;
la soledad levanta su cuidado;
hallarse de su bien tan apartado
hace su desear más encendido.

Por Julio Cortázar

Había empezado a leer la novela unos días antes. La abandonó por negocios urgentes, volvió a abrirla cuando regresaba en tren a la finca; se dejaba interesar lentamente por la trama, por el dibujo de los personajes. Esa tarde, después de escribir una carta a su apoderado y discutir con el mayordomo una cuestión de aparcerías, volvió al libro en la tranquilidad del estudio que miraba hacia el parque de los robles. Arrellanado en su sillón favorito, de espaldas a la puerta que lo hubiera molestado como una irritante posibilidad de intrusiones, dejó que su mano izquierda acariciara una y otra vez el terciopelo verde y se puso a leer los últimos capítulos

Por María Cecilia Marsili

Nunca se sabe de lo que se es capaz hasta que se lo  intenta, tampoco se sabe cuán preparado está uno para determinadas situaciones hasta que la vida te las presenta.

Fue inconsciente y hasta involuntario, pero logré cerrar una puerta que pensé que me conduciría al amor, y que después de largos años me tenía plantada en el bosque equivocado.

Por Rolando Revagliatti

 

1.- Rolando Revagliatti: ¿Cuál fue tu primer acto de “creación”, a qué edad, de qué se trataba?

María Amelia Díaz: Soy una creativa nata, mi cabeza está siempre funcionando a mil sobre cosas que puedo hacer, lástima que el tiempo no alcanza. Como me crié en un barrio del Gran Buenos Aires, había mucho espacio, muchos terrenos baldíos donde inventarse una selva, muchas montañas de arena donde crear casitas, muchos árboles donde

Por Erika Estrada

Fueron para mí tus brazos
De mi refugio antesala
Es estar en otra escala
Mirándome en tus ojazos.
Es extender esos lazos
Que nos mantienen unidos
Es escuchar tus latidos
Cuando me acurruco en ellos
El brillo de tus destellos
Que me roban los sentidos

Por Rubén Darío

Dichoso el árbol que es apenas sensitivo,
y más la piedra dura porque ésa ya no siente,
pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo,
ni mayor pesadumbre que la vida consciente.

Ser, y no saber nada, y ser sin rumbo cierto,
y el temor de haber sido y un futuro terror...

 Por Celina Arreaza

 

Mirando mi destino sobre mi puente, doy fin a la tregua para asumir mi rumbo signado por el mar. Transito por el muelle de embarcaciones desolado. Cangrejos aferrados a la tierra, de espaldas al paisaje predecible que sucede del mismo color y con la misma forma. Me entrego seducida por la luna que se asoma plena como una isla sobre el mar, bailo a su ritmo;

Por Rolando Revagliatti

Carlos Dariel nació el 1ro. de agosto de 1956 en Buenos Aires, capital de la República Argentina, y reside en la ciudad de Haedo, provincia de Buenos Aires. Es Licenciado en Psicología, egresado de la Universidad Argentina John F. Kennedy. Ha coordinado talleres de escritura y ciclos de poesía,