Por Nélida Puerto
Qué importa que mi vida se estacione
y cabalgue mi huella a tu latido:
he de ser el silencio que ha partido,
tal vez la golondrina que se impone
al polvo, conociendo quién dispone
de este abismo igualado a la alegría.
¿Volverán tus abrazos sin porfía?
¿Gozaré tu regreso y tus cabellos
traerán luz, serpenteando sus destellos
desafiantes? ¿Serás una utopía?