Por Yusbiel León
Mi niña, la consentida
Por los besos de la casa,
La edad pasó por aquí
Y va contigo apurada.
Es que necesita un ángel
Que le eche el cielo en las alas.
Pero no importa lo lejos
Que abriendo cielos te vayas,
Porque el amor de papá
Surcará las guardarayas
Del mar si fuera preciso
Para aligerar las ansias
De tenerte como ayer
Llena de cintas y batas,
¿Que has crecido? Para otros,
Porque sin que despertaras
Las veces que has enfermado
Papá se convierte en guardia
Sin más grados que la angustia,
Sin más fusiles que el alma.
Y cuando por las muñecas
Todos los recuerdos pasan
El tocador de mamá
Se acuerda de tus pestañas
Y hay nostalgia en los tacones
Donde mujer te soñabas.
Cuando a sueños te abandones
Al placer de otras miradas
Y entre las olas de un beso
Tires del amor el ancla,
No olvides que aquí tendremos
Tendida la misma cama,
Los creyones, las muñecas...
Todo como mismo estaba,
Porque siempre vas a ser
La princesa de la casa.