Por Claudia Teresa Cabrera

Te siento entre los cantares
asentados en mi pecho
porque la voz armoniza
que desde el aire está impreso.
Con cuartetas de esperanza
hago liras del esmero
sobre un retorno apacible
desde el arca de un espejo.
El azul de las tonadas
le da coraje al consuelo
donde amanece tu estampa
con los acordes de un eco.
La raíz de la bondad
hace florecer lo bello
de tus palabras erguidas
bajo la escolta del sueño.