Por Omar Torres

Ya era vida antes de mí y mis acciones,
antes de todo hombre y todos los nombres;
justifiqué la orden primera,
y el miedo sometió.

A la boca el sabor del fruto que cultivamos,
emprendí el mundo en amaneceres;
y lloré ausencias
mientras interpreté la muerte.


Respect

Cuando muere el miedo, la paciencia emerge y con ella las formas sublimes.

Bendito este tiempo, bendita la sangre en inevitables guerras,
en inevitables errores, aciertos entonces cuando se deja de cantar por temor.
Se canta al amor y el hombre se convierte en responsable de un planeta.

Dicta órdenes la creación a la escucha del otro,
en pensamiento,  religiones,  filosofía, ciencias,
interminables formas con armónica tendencia.
En el norte una ciudad se alumbra con biogás, en el sur mata el rayo de changó.

El amor es uno solo desde el principio, domina a la perfección los extremos,
vida, muerte. No se aventura a trágicos finales, se forjó  en extrañamientos, en dolores;
prefiere la vida eterna, ama el amor en vida y no entiende de temores.


Con este conjunto el autor obtuvo Segundo Premio en el Concurso “Zenón Rodríguez” 2018