Silvia Consuelo Valdés González

I
El Mar me baña de arena
y me embadurna de sal.
Yo me torno pasional
en la inmensidad serena.
Presumo que una condena
emanaba del hechizo
cuando en sus olas deshizo
la tempestad que me calma
para acariciarle el alma
a aquel que nunca me quiso

.

Y aquel que nunca me quiso
aunque por mí se moría,
fue mi locura. Agonía
de embriagador bebedizo.
En el Mar, donde eternizo
la resaca de mi pena,
me alumbra la luna llena
cuando en silencio llorara...
Y hallo la paz que soñara
en la inmensidad serena.