Por Félix Corona

 

¿Quién será el que habite
de espaldas al mar
en este país de aceras quebradas,
el que tome la decisión imposible
entre hacer piras o balsas?

En algún punto me decanté por la talla,
no quiero descubrir mi nombre un día
entre los remeros.

Creo figurillas
y las ordeno bajo paredes de barro,
nunca falta quien me susurre
que ya va siendo tiempo de darle candela,
después de todo necesitamos los ladrillos.

Invoco mis propias olas
arrojando una pizca de sal
en la boca del horno
antes de bajar a la playa
y sé que estoy de espaldas al mar
justo como avanzo de frente al mar
por el recuerdo de una calle sin asfalto