Para Emiliano Sardiñas
Te alzas con tu voz, poeta,
dando el alma bajo techo,
y con claridad tu pecho
palpita en cada cuarteta.
Yo abrigo en una libreta
tus versos de trovador,
pues con fe de soñador
vas animando mi hogar.
Porque cantas, y al cantar
me dejas un ruiseñor.