Por Nélida C. Puerto

 

Estoy en cualquier esquina,
me burlo de la tristeza
la busco con agudeza;
soy una terca neblina.
Mi imagen de peregrina
embelesa el desatino,
rompo la paz del Divino
cuando el trazo se me esconde
y quiero sentarme donde
hay un sillón de oro fino.