Por Orlando Victor Pérez Cabrera 

 

OP: Maestro, ¿cuáles fueron los propósitos que tuvo el pasacalle?

JO:  Nos propusimos sacar al pueblo y ponerlo a ver y a actuar el teatro en los portales, en medio de la calle, etc. ¿Cuál fue el combustible que empleamos para movilizarlo? Pues, los nombres de las instituciones, qué se hacía en ellas, las costumbres, las tradiciones, sus personalidades más representativas de cada época, teniendo el 3   de Mayo como eje central, pues como tú sabes es el Día del Cumanayagüense. Tratamos de extraer el argumento de las leyendas, de la historia, de las costumbres, de las tradiciones; y lo que no, pues nos lo inventamos o lo insertamos en el argumento por obra y gracia de ese mágico poder de invención que tiene el teatro. En esencia, en eso consistió ese pasacalle.


OP:
Sí, Maestro, uno de mis propósitos con esta entrevista es precisamente preguntarle sobre el origen del pasacalle como espectáculo colectivo.

JO:  Pudiéramos encontrarlo con exactitud en el "Patrice Pavesse", pero te digo de antemano que "pasacalle" significa como un divertimento teatral, un juego, que se hace precisamente en la calle y que cambia la rutina establecida.  Es una especie de esperpento quizás o de representación juglaresca o de carnaval que los españoles con toda seguridad, han nombrado "pasacalle”.


OP:
¿Y  cómo fue el proceso de conformación del espectáculo a  partir  del punto inicial?

JO:   Bueno,  decidimos  unos 3 ó 4 meses antes qué íbamos a  hacer  en  la Semana  de  la Cultura Cumanayagüense, y pretendimos  inaugurarla  con  una movilización de toda la comunidad a fin de realzar, rescatar y multiplicar sus  valores históricos y culturales, valores que son tan  relevantes  como los  de  cualquier  otra  geografía,  y  para  ello  debía  estar  lo   más representativo  de  ellos  en cuanto a sus  bailes,  sus  tradiciones,  sus personalidades; y que las personas estarían dispuestas a exhibir peinados y trajes  antiguos,  sus  cantos y sus mitos, es decir,  decidimos  que  allí estuvieran los niños, los ancianos, los coches más antiguos del pueblo.


OP:
  Entonces pudiéramos decir que fue una verdadera manifestación de la cultura popular.

JO: Sí, y eso necesitaba un guión, pues, aunque habíamos comentado mucho, no teníamos la idea exacta. Así fue como se convocó la presencia de poetas y escritores, y uno de ellos, Pepe Sánchez, se enamoró de la idea y fue a la postre el creador del guión, después de varias sesiones de trabajo de mesa, de trabajar él por su parte, de consultar bibliografía, de observar fotos de época, de escuchar relatos, etc.  


OP:
Y ustedes por su lado, ¿qué hicieron?

JO: Nosotros como grupo, como actores que íbamos a montar el espectáculo, pues también. Pero él logró encontrar el meollo, él logró resumir como la esencia de todo lo que habíamos investigado y hablado, y que eran horas de conversación y de trabajo. Y Pepe hizo como que un resumen poético, como una especie de guía para la acción y que de alguna manera recogía la estructura de lo que habíamos hablado.


OP:
¿Lo medular que mueve al pasacalle es lo histórico o lo mítico o una confluencia de ambas cosas?

JO: Hay una confluencia de ambas cosas; es decir, el teatro, si se hace puramente historia, pues resulta como que muy aburrido; si se iba a trabajar solamente sobre las costumbres, sería quizás demasiado anecdótico; por eso, tendría que haber como una fusión, como tú dices, entre lo mítico y lo histórico, pero también con la incorporación de elementos inventados, incluso, en última instancia, que fueran hasta improvisados. Te cuento cómo un malabarista español que vino simplemente acompañando a Leonardo, que no estaba contemplado en el programa, se incorpora al espectáculo de manera improvisada para suplir fallas en el bloque de los danzoneros, y devino excelente personaje. Lugo el teatro tiene eso de insospechado, de insólito. Y creo que quedó maravilloso, la gente me ha felicitado, me abraza, diciéndome que la actuación del barcelonés fue una de las partes que más le gustaron; de alguna manera, el guión fue respetado, pero la realidad también parió una nueva circunstancia.


OP:
¿Y en qué medida hubo ese vuelo poético?

JO: A mí me parece que el espectáculo trató por todos los medios de colocar una literatura, una poesía. Incluso había versos bien hechos, no solo de poetas locales, sino del acervo de la literatura nacional y hasta universal; pero me parece que la conjunción del teatro de calle con la literatura, en este caso, falla, no solo en nuestro caso, sino que es cierto que al teatro de calle le corresponde la acción, es más dueño de la acción que de la palabra.


OP:
Maestro, retomando la pregunta sobre lo poético, ¿no cree usted que también en lo gestual, en lo inmanente de la acción dramática misma hubo momentos de una sutil o enardecida poesía? Por ejemplo, puedo referirme al pasaje de la "Danza del viento", o la caracterización de Pereira que hizo Isnoel Yanes, o a los mejores momentos, los más imaginativos, de la caracterización de Menéndez Peláez, el aviador.

JO: Coincido contigo, recuerda lo que Lorca dijo que la poesía andaba por las calles.


OP:
Sí, pero cuando se logra con verdadero arte, cuando se toca su reino sobre la base de la autenticidad y el vuelo imaginativo, entonces esta colma de inefable gracia la obra humana. Es ella el vino báquico vertido sobre las cuerdas apolíneas. Para mí hubo momentos de esa trascendencia en algunos pasajes del pasacalle. Si me permite otra pregunta: ¿En qué medida este espectáculo pudo ser catártico?

JO:  Sí, creo que sí, este es su aspecto vital; yo creo que ahí está la esencia de este espectáculo; Cumanayagua no ha sido virgen en cuanto al teatro como expresión colectiva; se puede hablar, si se quiere, de una rica tradición, con figuras que brillaron en su momento. Y el pueblo no ha podido desprenderse, ni de la influencia foránea, ni de la acción interna. Entonces yo creo que lo que trató de hacer el espectáculo fue restablecer la línea de continuidad de una tradición. Cuando tú conversas con alguien por ahí, en otros lugares del país, la gente suele decir: "¡Ah, qué pueblo tan bueno, tiene algo especial, es un municipio encantador!" La gente sabe que aquí hay algo distinto, algo especial.
Yo quiero que el pueblo retome ese sentimiento de convivencia con las artes escénicas como vehículo de expresión de sus esencias como comunidad. Aspiro a que Cumanayagua sea una especie de laboratorio, ya no solo en el teatro de calle, sino del teatro de la comunidad internacional. ¿Nada más?


OP:
Por hoy nada más, aunque tal vez sea por los siglos de los siglos. Sólo me queda felicitarlo por tan buen estreno en estos predios.

JO: Gracias a ti por esta amabilidad tan oportuna.