Por Luisa Macías


No duermas,
la mañana hoy asusta
y deseo que me aquietes la cabeza.
No duermas,
te  llamo en un instante
y a lo lejos el teléfono enmudece.
No duermas,
ya presiento  la impaciencia
de nostalgias carcomiendo la memoria,
imagino los sueños que me aguardan
en la noche detenida  en  tu silencio.
La batalla está perdida desde el tiempo
atrasar hoy el reloj es imposible.