El reverso de la cara,
las pupilas del corazón
sangran por los labios
y cobijan mi garganta
con dulzor de hipocresía.
Como póster del demonio
está diseñado el sonreír,
y cuando da en el blanco de la frente
se disfraza el ángel de la bondad.
¿Qué bondad, Lucifer, si me apuñalas
con fino holán?
¿Por qué la vértebra de tu puño
clava la lengua en mi cruz
y me ataca el tejón?
Escuchar el no…
es soledad envuelta en soledad,
insomnio en insomnio,
gorrión en cautiverio,
desierto en el infinito,
lucero escapado,
labios sedientos
yermo sobre yermo
y luto en el mar.
Estoy
atrapada en
un banco de arena.
Con este conjunto de poemas la autora obtuvo Mención Especial en el Concurso Anual de Poesía “Zenón Rodríguez”, convocado por la Cátedra de Literatura de la Casa de Cultura Habarimao de Cumanayagua, abril 2024. (N. del E.).