Por Mayda Palazuelos
En mi hombro está la monita Yambu. Ella nunca va a crecer más de una cuarta. Y creo que en esta ocasión se van a cumplir las predicciones de mi amigo y coterráneo, el poeta Orlando Víctor Pérez Cabrera, cuando hace muchos años me dedicó estas décimas:
Tu casa: un edén
Mayda Vives, me han contado
de tu vida buenas nuevas
y del camino que llevas
para mejorar tu estado.
Eso mucho me ha alegrado
y es entonces que me explico
que al felino Federico
una entrevista le hicieron
y que las garras salieron
por la prensa del gatico.
Quedó tu casa bonita,
lindamente la adornaste,
la arreglaste, la pintaste
y adquiriste una perrita.
¿Cómo se llama, Motita?
Una mota es que parece
de raza Poodle; si crece
al ritmo de Federico
amárrala bien cortico
por si algún mal acontece.
Y después de este preámbulo
me enteré que en la cocina
bebe doña Josefina
pura leche ese noctámbulo.
Se ha vuelto medio sonámbulo
Ariel, en esta ocasión.
Con su perra y su bastón
es San Lázaro en persona;
y si compras una mona
completas el familón.
Flores, búcaros, floreros,
macetas y macetones,
regios cactus a montones,
champiñones sotaneros,
periquitos con sombreros:
toda una flora copiosa,
toda avecilla graciosa
muestras hoy en tu azotea
para que la gente vea
cuánto eres tú de hacendosa.
Es tu casa un hotelito
de primera, en Centro Habana;
eres la Bella Cubana,
mitad real, mitad mito.
Este verso lleva escrito
de tu arcano todo el bien:
tu morada es un andén,
y allí se siente el guajiro
como metido en un gűiro
con pasaporte al Edén.
Miami, Fla., 13 de enero de 2024.