Por Yusbiel J. León
Aquí me tienes sin ti,
estando en ti sin dejar
que tú consigas estar,
estando lejos, sin mí.
Este cariño que fui
se volvió amor por quererte,
y aunque al fondo de la suerte
de estar juntos me destierro,
estoy viviendo un entierro
de penas por no tenerte.
Te anuncias, te ausentas, pasa
el tiempo, yo detenido
justificando el sonido
del silencio de la casa.
¿Por qué no llegas? ¿Que atrasa
tu llegada? Sin lugar
a dudas, vuelves a hablar:
me mandas desde otro brazo
a decir con tu retraso
que ya no vas a llegar.