Todo lo observa una pared eterna,
la artífice, raíz, existencia
con sus hojas abiertas a un abrazo.
Empuja los días a cruzar
por su transparencia,
allí quedan las huellas silenciosas,
todo depende de los andares hechos
por sus épocas,
si son días lluviosos, tiernos
o especiales
o cantos al futuro.
La pared se hace un faro celador
y mira enroscada en su agua,
esta o aquella huella de los pasos,
el espíritu de sus figuraciones
tan variado,
donde no perdona la muerte,
el olvido
no borra una sonrisa,
el odio
no vence al amor
y ser puerta
es aprender a existir.
2006