Por Mayda Palazuelos

 

El garaje donde parqueo, está bajo este edificio. En temporada de primavera se llena de gorriones ese techo.
     Los padres vienen para alimentarlos pico a pico, los veo volar y les hecho pedacitos de pan (comida de gatos) partida bien chiquitita, los pone preciosos!; tiene muchas proteínas.
     A los pajaritos no los puedo ver, están escondidos entre el techo y los tubos y los carros abajo, no los puedo socorrer y a veces sus padres no pueden regresar: han ido lejos buscando algún granito de algo, puede ser arroz, pan, pedacitos pequeños de carne, muy bien picados o comida para perros o gatos,  un poco triturada para que le quepa en su pico.
     El asunto es que a veces bajo a lavar mi carro tarde en la noche y siento ese profundo lamento de los pichones en desesperación.
     Al otro día, es tarde, desaparecieron sus voces, sus padres no pudieron regresar…