Por Nicolás Águila
El criminal siempre vuelve al lugar del crimen. Y el cumanayagüense ausente recala por la esquina del Liceo para reunirse con los viejos amigos y ver la banda pasar por el Prado en la procesión del 3 de Mayo. No hay escapatoria. Si no vuelves con tu tango a cuestas y la frente marchita, haces tu viaje imaginario por los caminos de la nostalgia. Pero por nada del mundo hay que perderse la matiné y el baile por la noche. El 3 de Mayo es sagrado. Es el Día del Cumanayagüense.