Por Yannit Pozo
me he sentado a ver cómo
suplicante y moribundo
el día se arrastra a mis pies
no sabe que ya es tarde
muy tarde
porque me lo viví completo.
rendirse
saber que el tiempo pesa más que todo y que todos
saber que un trozo de vidrio se parece tanto
a nuestra alma
saber que el ocaso se comerá las memorias
saber que no hay mucho que saber
el tiempo nos ha desgarrado la garganta y la inocencia
el poniente será nuestra bóveda fría
sin misterio alguno
rendirse
nunca hay una mañana
nunca algo
nunca más diremos nunca
solo hay un atardecer en la existencia
un viaje a ningún sitio
es lo que queda
¿qué nos queda?
¿un trozo de vidrio nuestra alma
el ocaso las memorias
el tiempo la garganta la inocencia
nuestra bóveda el misterio
una mañana
rendirse?
rendirse
saber que no hay nada
absolutamente nada
que saber
QUE TODO ACABE
la ternura y los portones
la lluvia y la tibieza de las sábanas
el relámpago y el silencio de los árboles
que acaben el maquinista y los amantes
el otoño y las estatuas
las rosas y las noticias
las pesadillas y los helados
el derecho y los negros
los blancos y el izquierdo
el crepúsculo y las avenidas
que acaben los cementerios y los sementales
los globos y la angustia
los hombres y lo ignoto
la hostia y los cafés
el tren y los violines
el corazón y las mesitas de noche
los zapatos y el miedo
la muerte y los semáforos
el partido y las rubias con paraguas
el big bang y la historia
el espejo y las palabras
que se acabe todo
incluso
yo
y mis ganas de que todo acabe
De: El Tren y los Violines (N. del E.).