Por Sergio Nodal (Chachi)


Potro cuyas herraduras
lleva pintadas de cal
y su trote de cristal
rompe las piedras más duras
del callejón, y pinturas
hace con su hocico lleno
de rasguños; ya su freno
entre versos se le pierde
y con sus pisadas muerde
el infarto de un estreno.


Cuando le come la noche
las fogatas a la luna
la calle de enfrente es una
novela bajo de un broche.
Entonces monto en el coche
donde zumba un estampido

del rayo despavorido
de mi fugitiva pluma,
porque de prisa se suma
el potro del tiempo herido.


De Esquemas del dolor (Ediciones Mecenas, Cienfuegos, Cuba, 2002). (N. del E.).