Por Olga L. Robaina

 

Le brindó abrigo en su flor,
le permitió acariciarla,
y fue tan bueno besarla
que casi muere de amor.
¿Será que al sentir su olor
se enamoró? ¿Y si fracasa?
Regresará triste a casa,
olvidará el desatino,
nadie sabrá del destino
que tuvo calabaza.