Por Mailin Castro

 

La esposa del poeta marca
la primera fila.
Lugar doloroso desde donde
observa cada parto de luz.
Entiende además de las
mutilaciones del feto
y sabe de que están hechos.
La esposa del poeta sabe
atravesar realidades
y saborear las tristezas.
Su aroma dulce y su sabor amargo.
Lleva todo el peso de la escritura.
Maneras sutiles de morir y de parir hijos
imperfectos.
Sabe cómo suicidarlos antes del nacimiento
y salvarlos cuando son necesarios
Nacidos de esternón.

Hijos en los que no dejará
de ver su rostro
aunque cierre los ojos
y los puños,
                     los puños.