Por Maida M. García

Hazme el amor, 
pero antes conquístame.
Adivina que no estarás haciéndole cariños a un cuerpo, 
estarás fusionándote con un alma si de ellas sabes.
No serán abrazos fuertes ni intensos, 
serán delicados y pacientes, 
sin posturas inventadas.
No imagines hurgar en carnes duras, 
serán flácidas, tiernas y suaves como las pomarrosas.
No esperes improvisaciones, 
todo está probado, 
no serías la primera, sí la elegida.

No abandona la calidez los años, 
se convierte en estable y confortable. 
Prueba y te quedarás.
No habrá humedad.
Hallarás seductor aroma, 
esencia de orquídeas y granadas.
No buscaremos desahogar de pasiones, 
ni un satisfacer orgánico.
Tal vez con una cuota de vergüenza, 
tímidos nos convertiremos en uno,
nos reiremos de arrugas y de canas.
Será la entrega sutil lazo, dos extremos. 
Nuestros espíritus se fundirán,
tus alas con las mías,
volando lejos tocaremos el cielo, alto en lo infinito.
Hazme el amor, dispuesto estoy,
esperan las alturas.
Espero tu luz celestial de estrella
donde me envuelvas,
donde alucine, me ciegue y me queme.
Hazme el amor... y olvidemos este mundo.

TE