Preciso tiempo, necesito ese tiempo
que otros dejan abandonado
porque les sobra o ya no saben
qué hacer con él…
Mario Benedetti
Por Olga L. Robaina
El tiempo me roba tu tiempo.
Mataría al tiempo con mi espada.
Lo ahogaría.
Lo rompería en mil pedazos.
Quiero encontrar su guarida.
Camino y te busco en un tiempo paralelo. Quisiera poder volar y tener alas que me lleven hasta ti para besarte y para que no pienses más en que te olvido.
Este no es el poema que esperas.
Este no es un poema.
Este es ese dolor que siento al imaginar que puedas pensar que me hundo en los avatares de la vida y no te sueño.
Romántica o no, soy yo sin fuerzas para defenderme. Buscando el mar en un océano.
A veces la piel se duerme y es por falta de luna.
¿Dónde el amor esconde su estrategia cuando las flores se secan? ¿Donde las abejas buscan su miel? ¿Qué hace un árbol solo si tiene que dedicarse a echar raíces?
No salgo del susto, de ese susto que me provocan las miradas.
Un corazón busca la sangre porque no tiene tiempo y se detiene.
A la espera de un poema estás y mis manos se duermen y mis ojos te cantan y mi cuerpo no existe, y mi mente desfallece, y mis piernas se aflojan y mi alma, solo mi alma, resplandece ante el cansancio, la agonía, la rutina.
Esperas, esperas, esperas, y yo... amándote no sé cabalgar hacia tus venas.
Cuando el alba me bañe con su aroma un vendaval de versos inundará tu cielo.
Con este poema la autora obtuvo un premio especial en el Concurso “El Mundo lleva Alas”, 2018 (Editorial Voces de Hoy, EE.UU.).