Por Mirel Alberto Feri Martínez
El tirón de la puerta da la orden de que puede levantarse del piso. Se sienta en el viejo sillón de la sala y es cuando planea todo. El cuchillo quedará afilado, él caminará dando tumbos como cada noche hasta el dormitorio en busca de sexo. Pero… ¡Hoy no! Ella le clavará la cortante arma en el pecho, en el cuello y el resto será opcional; entonces recuperará su vida.
Es de tarde, siente las llaves de su esposo, camina borracho hasta la cocina, la coge por el cuello y le dice al oído: “Deja lo que estás haciendo y ve al cuarto”.
Al otro día, el tirón de la puerta le indica que puede levantarse.