Por Osvaldo S. Reina Rodríguez

—He tenido un sueño malísimo —dijo Julia abriendo los ojos.
    —No me digas. ¿Qué soñaste?
 Julia quedó pensativa y extrañada, mirando detenidamente al hombre que tenía delante. Era primera vez que lo veía.
  —Por supuesto. Soñé que había muerto —respondió mientras se ponía de pie—. ¿Quién eres?
  —Ahora lo sabrás, pero lo que tuviste no fue un sueño —respondió el hombre mientras era envuelto por una llama deslumbradora.

  —¿Cómo vas a decir eso? ¡Estoy vivaaaaa! —gritó llena de pánico—. ¿Y esa llama que te envuelve? Te has transformado. ¿Y esas        alas de murciélago que te han salido? ¡Eres una gárgola!
   –-No, no soy una gárgola, soy un demonio y he venido a buscarte porque sí, estás muerta.  
   —¡Eso no es cierto y si así fuera, no pienso ir al Infierno!
  —Eso lo veremos —respondió el Demonio tomándola por el cuello—. Existe una ley cósmica que dice: “Todo se paga y todo se       merece”; ni yo puedo violarla. Y se hundió con ella en el Seol.

 

Con este relato el autor obtuvo Mención en el Concurso Ariel, convocado por la Casa de Cultura de Mariano, en agosto de 2020. (N. del E.).