Bajo mis pies una estrella
sobre la espuma, la flor
¡Grita pálido el amor!
Al despertar la querella
¡Relámpago más centella!
Yace la flor y presiente
una estrella irreverente,
rompe los versos la roca
pinta un poema la boca
dice el alma lo que siente.
El alma divina y pura
con su total mansedumbre
enciende su propia lumbre
sin carbón, sólo ternura.
Es barco y arboladura,
es surtidor erudito
vuela como pajarito,
sin tiempo de hacer escala
con brújula bajo el ala,
advierte el sendero escrito.