Por Eduardo Daniel González

 

 Estabas a una almohada de mi nuca...

                    M.J.I.H.


De mi almohada a la tuya
había dos zarpazos al acecho
apenas veintiún centímetros desvelados
y cierta calma felina frente a ti.

De mi sábana a tu silueta
todas las hambres    todas las trampas
se disparaban en la garganta del cuarto.

De tu blusa a mis mareas
el oficio de amar.


De su poemario Sed de viernes.

Poema tomado de la red. (N. del E.).