Por Lisette Magalis Rodríguez Camargo

 

A mis hijos los paro
los sábados a mediodía.
Uno tras otro van naciendo sobre el lecho,
bajo la mesa del comedor,
en el balancín de la comadrita de abuela.

Esta manía que tengo de parir bastardos a contratiempo,
hijos desmembrados desde la raíz;
ya me está pasando factura.

Abortarlos

en la madrugada,
sin testigos,
se me vuelve cruz en la frente.
Estoy hecha para que vengan al mundo,
con el mismo silencio.

Mis hijos tienen de mi santo y seña.
Engendrados por el único macho que perturba las entrañas...
Azules,
ciegos,
con cola de pez.

Soy la mala madre
que los abandona
sin darles de mamar.
Pechos al aire.
Desnuda con mis vicios.
Muda.

Mis hijos son tristes,
Maltrechos, sordos.
Los salvan, casi siempre,
Sus rostros-poemas.

 

Con este poema su autora pinareña obtuvo Premio en la categoría de Poesía para Adultos del Concurso Nacional de Literatura “Benigno Rodríguez” 2024 (Los Arabos, Matanzas, Cuba). (N. del E.).