Entre los años 1954 y 1958, la principal radioemisora de Cuba (Circuito CMQ) transmitía, de 10:00 a 11:00 de la mañana, el famoso programa Competencia nacional de trovadores, que consistía en animadas controversias de los más nobles repentistas cubanos. Entre estos se destacaban Ángel Valiente (Angelito) y Jesús Orta Ruiz (El Indio Naborí). Su cotidiano contrapunteo interesó tanto al pueblo, que sus admiradores, insatisfechos con la brevedad de las polémicas que les ofrecía la radio,
demandaron en miles de cartas el encuentro entre ambos ante un jurado, con temas escogidos al azar y en un lugar accesible a numeroso público. Los improvisadores aceptaron la petición, que expresaba un ferviente deseo popular y, días después se efectuaba el primer encuentro en el Casino Español de San Antonio de los Baños, provincia de La Habana, donde fungieron como jurado los prestigiosos poetas Raúl Ferrer, José Sanjurjo y Rafael Enrique Marrero. Las décimas improvisadas fueron tomadas por la taquígrafa y poetisa María de los Refugios Segón, quien las salvaba así del tiempo y del olvido. Este encuentro se realizó el 15 de junio de 1955; y el segundo, el 28 de agosto del propio año, pero en el estadio de Campo Armada, en el reparto Lucero, en La Habana.
Los temas propuestos por los admiradores de la décima fueron cinco: el amor, la libertad y la muerte, en el primer encuentro; el campesino y la esperanza, en el segundo.
¿Controvertir, disertar, dialogar? Según los diccionarios consultados, (Pequeño Larousse y Ciencia del lenguaje y arte del estilo, este último de Martín Alonso), “controversia” es, entre otras acepciones, “discusión, polémica, disputa, debate, impugnación y dime y diretes”. Por su parte, “disertar” significa “razonar, discurrir, dilucidar, exponer, hilar”. Mientras que “dialogar” es, entre otras aseveraciones, “conversación, coloquio, plática, consulta, comentarios”.
La llamada Controversia del Siglo fue, y coincido plenamente con el Dr. Virgilio López Lemus, más que una porfía, un diálogo exaltado entre dos pilares de la canturía del siglo XX. Su trascendencia como suceso de repentismo rebasa la circunstancia local y nacional.
Esta obra poética que contiene 100 décimas, 20 sobre cada tema, fue publicada por primera vez en forma de folleto en Islas Canarias en 1997, con prólogo del poeta y pedagogo cubano Raúl Ferrer Pérez. La Editorial Letras Cubanas las sacó a la luz en el año 2004, con prólogo de Maximiliano Trapero y las notas a la edición cubana de Virgilio López Lemus.
Cerremos este pequeño esbozo con dos décimas del primer tema: el amor.
Naborí expresó: Amor, qué cosa es amor / Tal vez la ley misteriosa / que enseñó a la mariposa / el secreto del amor. / Hoguera cuyo calor / salva de muerte al viajero / que transita por sendero / helado de invierno triste… / Fuerza de atracción que existe / en el imán y el acero.
En tanto, Angelito Valiente, al ver a su señora madre sentada y disfrutando del famoso encuentro, su primera versión en el Casino Español de San Antonio de los Baños, dirigiéndose a ella, cerró magistralmente el momento: Amor grande el que yo siento / por aquella madre anciana, / desde allá con una cana / me iluminó el pensamiento. / Levántate, monumento / de luz, de esperanza y fe; / mirarte es saber por qué / nadie tanta luz expande… / Allá está el amor más grande / del mundo, puesto de pie.
Controversia, disertación o diálogo, como se quiera calificar, estos dos encuentros poéticos entre Jesús Orta Ruiz (El Indio Naborí) y Angelito Valiente constituyeron, al decir de Virgilio López Lemus, un jalón de la poesía oral de la lengua española.
Tomado del Periódico 5 de Septiembre (Viernes 26 de febrero de 2021, p. 6, Culturales). (N. del E.).