Por Raúl Hernández Novás 

 

(Lotte tiene los ojos azules)


Estás herida por las hojas, por las ramas que caen.
Estás herida por los brazos ásperos del bosque
que el caballero no ha de apartar para llegar hasta tu sueño.
Estás herida por flores de papel, por rostros extraños,
por gestos, por sonrisas, por muecas sonámbulas.
Estás herida por una ciudad nocturna y por los pasos de sus hombres ebrios.
Estás herida por los doctores, por la sagrada familia, por los pastores y los ángeles.
Estás herida por los niños, por los hermanitos,
Por la mano inocente que apenas sabe empuñar un lápiz,
por las abejas, por las mariposas, por los cansados gatos.
Estás herida por las risas que suenan en tus sueños
mientras caes por un canasto sin fondo al mundo de Alicia.
No dormida: soñando. Soñando sueños espinosos y ásperos como ramas.
Caminando por las calles imposibles de una ciudad nevada.
Abriendo en el libro un pozo, hallando en el pozo el mar, buscando en el mar la perla.
Como un lemming pisando tierras nómadas. (Los lagos se han helado, tienes frío.)