Por Juan Carlos García Guridi 

 

Van Gogh de girasoles nada sabe,
me resulta un total desentendido,
los pinta sin cesar por atrevido
en un mental y prístino arrocabe.

Su locura semeja un vuelo de ave,
tiene como un enésimo sentido;
girasoles pintar no le ha servido
más que para sentirse “enfermo, grave...”

De pintar girasoles nunca deja
y hasta quiere cambiar por una oreja
uno, encima de un lienzo de arreboles.

Girasoles pintar tiene su encanto...
No importa si sé mucho, poco o tanto:
Yo soy Van Gogh y pinto girasoles.