Por Hansrruel Aldana
Un hombre anda incompleto por la vida,
se le ha escapado la mitad del alma.
Un hombre anda sin voz, sin luz, sin calma,
con el terror atroz de algún suicida.
El hombre ya no encuentra la salida
del miedo tan pueril que lo atraganta.
Un nombre de mujer en su garganta
termina por abrirle más la herida.
Un hombre me convida en el espejo,
a ser el necio que otra vez intenta
buscarse en la mitad que lo alimenta.
Ansioso de encontrarse en el reflejo,
decide que esperar es muy complejo,
y vuelve a repetirse por su cuenta.
II
Esta tarde andaba el hombre
con todo el miedo sobre la espalda:
queriendo ocultar entre sus manos
la ausencia que lo incompleta.
Otra mitad lo espera.
Él, irreverente, la busca en el espejo.
Con el mar en las manos sueña cada trozo de luz más próximo
en el alma de una mujer sin nombre
que existe más allá de lo irreal.
Vuelve sobre sus pasos,
terco.
Sucumbe.
Camina por el orbe
con olor a soledad en las pupilas,
sintiéndose culpable de perderlo todo
III
Yo soy el hombre que a veces
camina sin su mitad,
oliendo a polvo y ciudad,
pagando tu olor con creces.
En mi voz te me apareces
hecha pedazos de sombra.
En todos, mi luz te nombra,
como si el hombre incompleto
fuera el sueño más secreto
que guardas bajo la alfombra.
Soy el hombre que te espera
destrozando su reflejo,
en un horizonte añejo
vestido de primavera.
Complétame antes que muera
de la mitad que me falta,
porque si no estás, me asalta
un trozo de ausencia grave.
Complétame antes que acabe
de hollar la luz que me exalta.
Con este texto el autor obtuvo el Primer Premio en el género de poesía del Concurso Batalla de Maltiempo, Cruces, Cuba, 2023. (N. del E.).