Por Pablo Rigal
La música de tu cuerpo
es una música extraña
que por las noches se suda
y por el día se canta
quiero tocar en tu vientre
lo que el viento me regala
ese aroma de jengibre
que de tu pecho se escapa
oh mujer, vestido breve
que te pones en la cama
quitártelo yo quisiera
con mi boca, con mis ganas
la música de tu cuerpo
es como un chelo en la sala
y cuando llega a mi cuarto
se convierte en serenata.
Oh la hora en que despiertas
cuando los sueños se talan
saxofones en disputa
con algodones de grana
la melodía transcurre
del cuerpo llega a mi faja
pero va con buen augurio
por un camino de brasas
así supera los cuerpos
porque el calor la dilata
y aunque sea muy común
he de decir por el alma:
tu cuerpo chelo encendido
en mi cuarto es serenata.