Por Silvia Valdés
…oscuro o claro, no lo sé, no estoy delante.
Manuel Altolaguirre
Yo no sé de Mujer fruta-serpiente.
Bendita una mitad, otra maldita.
Que se muere en la sombra, resucita
y se adentra en la luz, irreverente.
Yo no sé si es un ángel penitente
en busca de perdón y de consuelo,
o un espejismo de gaviota en celo
cuando retorna del delirio ausente.
Yo sólo sé de la Mujer-paisaje
que va siguiendo en su peregrinaje
la ruta del ocaso y de la aurora.
Insólita Mujer del Claroscuro,
vislumbre del presente y del futuro,
ignorante del tiempo que no ignora.
En el invierno
Llegó el invierno. Me inventé desnuda
tendida en el atril de la pereza.
Sintiendo sed de ti, de tu tibieza
consumo el vino-verso de Neruda.
En el Poema 20 se me escuda
la rabia del dolor sin tu remesa
mientras delira la Canción. Y obsesa
del arrebato permanezco muda.
Desolada mujer... ¿acaso viuda?
“…viuda de un gran amor”, lo dijo Buesa
con la pasión sublime de lo eterno.
Y aunque muera de frío, nadie duda.
Mis demonios conjuran la torpeza
de inventarme desnuda en el invierno.