Por Hansrruel Aldana
¡Miren qué tengo en mis brazos!
Es como un trozo de cielo
que me sirve de consuelo
para enderezar mis pasos.
Niño pintado a retazos
en medio de mi camino,
para ver cómo germino
desde el alma a la raíz.
Hoy sí me siento feliz,
porque nació mi sobrino.
Miren su cuerpo pequeño
recostado sobre mi alma.
Parece un soplo de calma
en mi corazón risueño.
Ya se me cumplió otro sueño.
Hasta por dentro sonrío:
me vio y destrozó mi frío
solo con una mirada,
y lanzó una carcajada
diciendo: "¡Lindo mi tío!"
¡Miren cuánto parecido!
Es grande, rubio y hermoso.
Yo soy un tío orgulloso.
Me siento hasta conmovido.
Se parece hasta dormido.
Miren qué chula e inquieta
su carita pizpireta.
Su risa es también tan alta,
que lo único que falta
es que me salga poeta.